Todas conservamos ese pijama de Hello Kitty (o similar) para usar estrictamente en privado o, en caso de necesidad, delante de una BFF (best friend forever) o de un novio de largo plazo. Sin embargo, cuando llega el momento de dormir con un rollete, amigo o, como diría Facebook con un ‘es complicado’, la cosa se pone más seria y caliente, así que sobran tanto la franela como el peludo de Winnie the Pooh.

Pues eso.
Pues eso.

Las mujeres diferenciamos entre pijama normal y pijama para ‘algo más’. Y esta es una verdad universal tan cierta como que la gran mayoría de tronistas de Mujeres, hombres y viceversa no ha pasado jamás por la universidad (igual andando sí, pero solo de paseo). De ahí que recopilemos las normas básicas que debe cumplir cualquier armario nocturno dependiendo del resultado que esperes de la noche.

© Olivia Von Halle
Los pijamas de Olivia Von Halle cumplen los requisitos para cualquier pijama party que se precie. © Olivia Von Halle

Pijama party

Aquel conjunto que usamos cuando dormimos solas y que rescatamos cuando nos quedamos a pasar la noche en casa de alguna amiga. Debe ser cómodo, no importa si tiene más de cinco años, luce una mancha adorable de aquella vez que te dejó tu novio y comiste helado de chocolate durante toda la noche, tu madre le cosió tus iniciales en la etiqueta cuando te fuiste de campamento y cuando te lo pones te dan ganas de hacerte dos coletas como en el 98. Es la prueba definitiva de que una relación va a más porque solo eres capaz de vestirlo delante de ese hombre que ya consideras tu novio.

Aparte de ese básico que te niegas a tirar en cada mudanza, también tienes una gran variedad de pijamas mulliditos con los que pareces un extra del musical de El Rey León. Suelen estar rematados con los que eran tus dibujos favoritos (también en el 98).

Y de peinar a tus muñecas también.
Es meterte en ese confortable pijama y rejuvenecer un par de décadas.

Pijama (sex) party

¡Ajá! Aquí es cuando el encaje, los lazos, las transparencias y los shorts hacen su entrada en escena. Hablamos de esos conjuntos que guardas entre sedas en esa caja misteriosa al fondo del armario. Sí, en la que también escondes otro tipo de material de índole sensual, por si a tu madre le da por ordenar durante una de sus visitas a su ‘pequeña del alma querida’.

Aunque lo intenten, las madres nunca llegarán a ser tan guays como para ver tu ropa de cama sexy.
Una madre nunca debería ser tan ‘cool’ como para ver tu ropa de cama sexy.

Así que, dependiendo del plan con el que pretendes terminar la velada, busca entre nuestras propuestas el pijama ‘ángel o demonio’ que más va contigo esta temporada.

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