El 19 de mayo de 2018 Meghan Markle sorprendió al mundo con un exquisito vestido de novia haute couturede Clare Waight Keller para Givenchy. Con ello, la diseñadora inglesa firmó su consagración en la maison, fundada por Hubert de Givenchy en la década de los cincuenta.

En un, lo que pudiéramos llamar bad timing, el couturier murió hace tres meses para ser exactos. Ahora nos preguntamos; ¿De Givenchy habrá sabido algo sobre el vestido de la duquesa de Sussex?

Al igual que el couturier, Waight Keller parece haber encontrado a su musa. En los cincuenta y sesenta, era Audrey Hepburn la que hacía la labor de publicidad para Givenchy. El estilo que ambos, porque en realidad eran un dúo dinámico, lograron crear, es ahora un punto de referencia en el que ni siquiera Meghan Markle pudo evitar fijarse. En su caso, su fanatismo va más allá de lo que cualquiera pudiera llegar a pensar, pues las referencias a la protagonista de Breakfast at Tiffany’s son inminentes.

Para Waight Keller, todos estos factores se alinearon para su colección haute couture AW18. Una oda al gran maestro que fundó una casa con tradición basada en la elegancia y en el poder de Hollywood. Y quizá ahora, para la primera mujer que crea la magia en los ateliers de Givenchy, Hollywood se haya trasladado a la monarquía (literalmente).

Abordando la esencia del primer gran dúo, la inglesa transportó las esculturales siluetas que inundan los archivos de los cincuenta y sesenta y las convirtió, una vez más, en piezas de arte. La dedicación en cada prenda evocó el verdadero oficio que existe tras bambalinas —un vestido de lentejuelas coronado por una ligera capa de chiffon rosado, nos remite a 1956—, acompañado de la chispa real que existía entre De Givenchy y Hepburn. Además, el extraordinario contraste entre construcción y textura inspiró nostalgia, pero modernidad a la vez —de ahí estos duetos —.

La celebración, una colección que Meghan tendrá de donde escoger, concluyó con Moon River, el clásico interpretado por la ganadora del premio Oscar. Y el emotivo last bow de Clare Waight Keller fue junto a sus artesanos, que sin ellos, esta utopía no existiría.

*IMÁGENES: Getty Images y Mondadori Photo