Que está bien si toda tu vida gira alrededor de esas sandalias nuevas en las que acabas de invertir la paga extra (LAS sandalias), si las has colocado en un estante privilegiado de tu armario y hasta has organizado un plan para el sábado por la noche con tal de estrenarlas esto tus amigas no tienen por qué saberlo, créenos, no se lo tomarán bien. Pero no hace falta que las calces a todas horas. No, ni las sandalias nuevas ni el resto de zapatos de tacón que se amontonan ¿¡por qué se hacen los armarios tan pequeños y yo nunca tengo nada que ponerme?! en el armario ojalá vestidor. Porque los tacones nos hacen daño sí, a nosotras también nos duele esta afirmación.

¿Son los tacones tan matadores como nos los pintan? © Mondadori Photo
¿Son los tacones tan matadores como nos los pintan? © Mondadori Photo

No es algo nuevo porque, como suspicaces que somos, nos lo imaginábamos, pero ahora un nuevo estudio científico ha venido a situar nuestro gozo en un pozo. Concretamente a reprender a las mujeres que calzan tacones a diario. Porque como todo ¡no seremos nosotras las que te pidamos ir siempre de plano!, los zapatos de tacón no son tan malos si se usan con moderación. Pero no TODOS-LOS-DÍAS.

Porque sobre ello versa el estudio del doctor Yong-Seok Jee, publicado en el International Journal of Clinical Practice, sobre las mujeres que usan tacones de más de diez centímetros de manera habitual (y esto para el doctor Jee es más de tres días a la semana, así que atención a las que van en tacones a trabajar a diario). El estudio concluye que esta práctica produce desequilibrios en dos de los cuatro músculos de los tobillos, que se hacen dominantes.

El mal de los tacones afecta especialmente a las mujeres que los llevan de manera habitual, como parte de su uniforme de trabajo. © Cordon Press
El mal de los tacones afecta especialmente a las mujeres que los llevan de manera habitual, como parte de su uniforme de trabajo. © Cordon Press

Al principio es cierto que el tobillo se fortalece (al fin y al cabo es un ejercicio), pero a la larga y tras tres años subidas a unos tacones aparecen los desequilibrios que pueden desembocar en lesiones. Es, para entendernos, como si repitieses el mismo ejercicio en el gimnasio todos-los-días. Mal. Aumenta la probabilidad de esguinces y caídas (además de la deformación de los pies y los dolores de espalda que ya conocemos).

¿Llevas tacones hasta en el gimnasio? MAL.
¿Llevas tacones hasta en el gimnasio? MAL.

Pero que nadie se lleve las manos a la cabeza, que tampoco es cuestión de erradicar esta pieza tan favorecedora y adorada. Las buenas noticias nos las da el propio autor del estudio: el efecto negativo del tacón se puede minimizar trabajando este músculo. «Es importante que las mujeres que usen zapatos de tacón practiquen ejercicios de estiramiento en los tobillos», dice el doctor. Se trata de ejercicios sencillos como, sentada y descalza, apoyar el talón mientras se levanta la punta. También puedes arrugar una toalla en el suelo y, sentada, apoya sobre ella el talón, desde esta posición mueve el tobillo en todas direcciones y repite varias veces con cada pie.

Así que ya sabes, alterna esas maravillosas sandalias con unas buenas alpargatas y no te olvides de los tobillos en tu rutina de ejercicios. ¡Si hasta Barbie se ha bajado de sus tacones 56 años después!

El estudio concluye que, como todo en su justa medida, los tacones pueden no ser tan dañinos. © Mondadori Photo
El estudio concluye que, como todo en su justa medida, los tacones pueden no ser tan dañinos. © Mondadori Photo

Además…

Paula Echevarría nos confiesa su truco secreto para andar con zapatos de tacón.